Pregunta: ¿Cómo surgió la idea del Proyecto Alto Perú?
Diego: En el año 2002 inicié una Escuela de Tabla con un amigo, empezamos a dar clases a un pequeño grupo de alumnos y poco a poco fuimos creciendo, y con ello empezamos a comprar más tablas y más wetsuits. Este material que íbamos comprando lo guardábamos en mi casa, y de aquí salíamos para las playas de la Costa Verde a dar las clases. Mi casa queda en Chorrillos, en una de las calles que baja del Morro Solar y desemboca en el malecón. Es así que en el verano los chicos del barrio cuando bajaban para la playa nos veían siempre acomodar las tablas en el carro, alistándonos para dar las clases, y me decían que querían que les enseñara, que también los llevara a correr a ellos, hasta que un día efectivamente me convencieron.
P: ¿Cómo fue ese primer encuentro?
D: Fue a inicios del 2005 que empecé con un grupo de 5 chicos, ellos tenían entre 13 y 15 años y ya tenían una especie de coraza defensiva, una serie de actitudes y costumbres que no les permitía aceptar cuestionamientos, estaban formados de una manera que los hacía reacios a abrirse a nuevas ideas y a creer que es posible dar una respuesta distinta a su situación. Ese invierno no hubo clases porque la verdad estuve desmotivado con la respuesta de los chicos. Al verano siguiente ya estaban más grandes, y sus actitudes estaban aún más enraizadas y sólidas, prácticamente ya formaban parte de una pandilla y andaban con todo el look de la calle, ya estaban en otra. En ese contexto es difícil enseñarles algo, lo que fuera, simplemente no les gusta que les digan cómo hacer las cosas, ni nada por el estilo.
P: ¿Qué paso entonces?
D: Dejé de dar clases de tabla por un buen tiempo, pero me quedé con las ganas de hacer algo con los chicos del barrio, sabiendo lo bien que les puede hacer meterse al mar a correr olas y descubrir este nuevo mundo. La respuesta era evidente, teníamos que intervenir a los chicos a una edad más temprana, antes de que desarrollen todas esas actitudes defensivas y violentas hacia lo externo. Que fuesen menores también nos daría mejores posibilidades para que puedan aprender más y lleguen a alcanzar un mejor nivel más rápidamente. Es así que en 2008 me junto con algunos tablistas antiguos de la zona y les propongo la idea, y les gusta. Decidimos mandarnos con todo, invitar a los chicos a una reunión donde expondríamos lo que queríamos hacer y se les invitaba a participar. Se inscribieron en un primer momento 15 chicos, pero acabamos el verano con casi 30 alumnos.
P: ¿Por qué crees que correr tabla puede descubrirles un nuevo mundo?
D: Yo practico surf desde los 7 años, mi padre corría tabla y me llevaba en las mañanas a acompañarlo, me compró una morey, unas aletas, y eso fue todo, de ahí en adelante dependía de mí. Desde ese momento el mar se convirtió en una especie de amigo, iba a él siempre que podía, y a veces cuando estaba confundido o triste iba con la certeza de que me daría alguna respuesta, alguna solución a lo que me pasaba o simplemente me enseñaría cómo funciona la naturaleza, cómo es el mar, y yo aprendía con ello muchas otras cosas. Hasta el día de hoy cada vez que entro al agua lo hago no sólo para divertirme sino con una intención más profunda, el mar te enseña mucho y es cuestión de estar atento a percibir sus mensajes. Por otro lado, no necesitas mucho para correr olas, una tabla, una pita, si hace mucho frío un wetsuit, y ya está, estás hecho, puedes ir solo o con amigos, no necesitas un equipo ni nada, el mar está ahí para todos.
P: ¿Cómo fue esa segunda experiencia, la del 2008?
D: La verdad fue alucinante, la respuesta tanto de los niños como del entorno social fue mucho más grande de lo que esperábamos, excedió en muchos aspectos nuestras expectativas y posibilidades. Fue un aprendizaje continuo y agotador, hubo muchos errores y aciertos. Se hizo el video con un grupo de amigos, se consiguieron algunas donaciones de materiales y se armó un grupo bacán de alumnos y profesores, todos de la zona. El final del verano sí fue un poco caótico, hubo demasiados alumnos y muchos profesores tiraron la toalla, acabé algunos días solo en la playa con más de 20 chicos, es decir, en una situación imposible, pero así aprendí mucho. Es gracioso cómo se hace evidente la necesidad de adaptarnos a las demandas de los chicos y a su realidad, siento que el proyecto va cambiando cada día que pasa, se tienen que hacer cosas distintas y darles nuevos giros a las que ya se están haciendo.
P: ¿Cómo financias todos los gastos que se deben hacer?
D: Hasta el momento no cuento con el apoyo de ninguna institución o empresa que financie de alguna manera esto, por ahora todo ha ido surgiendo como por arte de magia, yo me puse en la disposición de hacer este servicio y las cosas se han ido dando. Por ahí la gente fue donando algunos materiales y cosas, tablas, wetsuits usados, ropa por ejemplo, pero el dinero para arreglar las tablas o para la gasolina y demás gastos que tengo aun sale de lo que voy ganando como profesor particular de surf, y otras actividades que realizo. En definitiva, no hay mucha plata para seguir creciendo con el proyecto, y veces sí es necesaria, facilita algunas cosas.
P: ¿Cuáles son tus objetivos para este año?
D: Enfocarme en un máximo de10 alumnos que tengan mucho potencial, y llevarlos semanalmente, si se puede todos los días, a correr algunas playas del sur propicias para el deporte, para que puedan alcanzar un nivel competitivo de verdad. Seguir proyectando videos y documentales todos los domingos, para todos los chicos que quieran venir. Hacer actividades y talleres diferentes, ser como una especie de canal para que quien quiera enseñar algo a estos chicos, pueda hacerlo. Filmar más y seguir haciendo videos. Este año el equipo con el que estoy trabajando es distinto, son otras personas, ya no solo del barrio sino personas con las que tenemos un interés común, y espero que el resultado de esta unión sea mucho más positivo.